Descubren el árbol de la vida y deciden talarlo
31 mayo 2010 por kronfleis en Ciencia y Tecnología
En efecto. El por siglos retratado, anunciado, y venerado por diversas culturas, Árbol de la Vida, brotó ayer de forma espontánea en el conocido pueblo de Villares del Olmo. El fenómeno, crucial y primordial para los principales teólogos y filósofos del país no duró mucho pues, en la madrugada de ayer, los mozos del pueblo, tras haberlo empleado como cucaña procedieron a talarlo con un inusitado entusiasmo.
El alcalde fue firme en su decisión: “Esas cosas no sirven para nada. Son cosas de ciudad que distraen a la gente del trabajo y de las cosas importantes. Talarlo ha resultado muy bonico”. Así es, con la ropa de las fiestas y a palazos decidieron tumbar el mentado árbol para después elegir un instrumento más apropiado y proceder mediante martillazos a su tala. Momentos después, se iniciaba un pregón que proponía la expulsión de los pelirrojos pues, por clamor y consenso popular, se les acusó directamente del paranormal suceso.
Hablamos con el tonto del pueblo y sus palabras fueron claras: “No hubo consenso en acordar si, lo que en filosofía, religión y demás ciencias encargadas de hallar luz en sombra y saber en lo desconocido, era realmente el Árbol de la Vida. En mi opinión no es sino un matorral gigante y sin frutos. Obviamente, decidimos talarlo de ipso facto” y prosiguió: “No vimos nodos conectados ni lazos de la natura con lo humano ni la ciencia con la espiritualidad. Catalogar este suceso como fenómeno o experiencia mística es una burla para con la realidad”, dijo el aldeano mientras mascaba un puñado de arena y serrín del suelo.
El cura del pueblo se expresó en líneas similares: “No conviene hacer caso a señales que puedan confundir a la pobre gente. Ya tuvimos una anunciación hace poco y la gente se lo tomó muy mal. No la entendieron. Es mejor centrarse en cosas bonitas que han de venir, como el Mundial de Sudáfrica o los niños”.
Tras caer el árbol y quemar con antorchas las casas de los pelirrojos, el pueblo se ha declarado en guerra con la cultura y las artes: han prohibido el teatro pues es cosa de afeminados y han eliminado la luz eléctrica en un afán por mantener la esencia del pueblo. “Todo esto es cosa de Internet”, espetó el guarda civil mientras detenía a un pelirrojo. Bravo.
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